b. El arte escénico como expresión cultural
Visiones: del actor y el espectador.
Ferdinando Taviani.
En: El Arte Secreto del Actor. Varios Autores. Colección Escenología. México. 1990
111 Lo que hace particularmente útil y fascinante la investigación histórica y teórica sobre el teatro es que en este, más que en otros campos, se tropieza contínuamente con el juego de la realidad y las apariencias.
Muchas de las ideas más difundidas y aparentemente más obvias sobre el teatro y sobre la historia son, en efecto, el resultado de una inversión óptica.
Una de estas ideas podría ser resumida así: "El mejor teatro es aquel en el que se realiza una íntima unión entre actor y espectador, en el que uno y otro llegan a sentir de la misma forma, o en el que uno consigue transmitir al otro, hasta el el fondo, lo que piensa y lo que experimenta". Un corolario: "Para hacer buen teatro, hay que tener cosas interesantes que decir y saberlas hacer entender a los espectadores". o bien, "Hay que saber sentir profundamente y ser capaces de transmitir la conmoción al espectador".
Estas ideas no son transformadas y corregidas por la otra idea según la cual la fuerza del teatro consiste en la ficción y en la conciencia de la ficción: la ficción aceptada y conciente parece ser el medio para realizar esa unión entre actor y espectador, esa perfecta comunicación emotiva, racional, artística, que según el sentido común es la base de todo gran teatro.
Creo que el buen sentido demuestra exactamente lo contrario: es la divergencia, la no conciencia o incluso la mutua inconciencia entre visión del actor y visión del espectador lo que hace del arte teatral un arte, y no una imitación o una réplica de lo ya conocido. Sería posible demostrar que precisamente aquellos momentos exaltantes que han dado pié a fabulaciones sobre instantes de comunión entre actor y espectador son, en cambio, momentos en los que, a pesar de un profundo vínculo, hay una enorme distancia entre la visión de uno y las visiones de los otros. En el gran teatro o - sencillamente - en el teatro que funciona, actores y espectadores convergen en torno a un único espectáculo que será tanto más rico, para unos y para otros, cuanto más consiga unirles sin obligarlos a consentir.
En fin, no es por amor a la paradoja, sino sencillamente por buen sentido que habría que reconocer, que entender un espectáculo no quiere decir únicamente ver lo que sus autores (actores, directores, dramaturgo, etc.) han puesto en él. Y que entenderlo profundamente no es descubrir lo que ha sido profundamente escondido allí. Es hacer descubrimientos a través de un recorrido cuidadosamente estudiado.
Esto equivale a decir que hacer entender un espectáculo no es proyectar descubrimientos, sino trazar, proyectar los diques a través de los que va a navegar el espectador, su atención, y por tanto hacer crecer sobre todos esos diques una vida pormenorizada, multiforme, imprevista, en la que el espectador podrá sumergir profundamente la mirada y hacer sus descubrimientos.
Ferdinando Taviani.
En: El Arte Secreto del Actor. Varios Autores. Colección Escenología. México. 1990
111 Lo que hace particularmente útil y fascinante la investigación histórica y teórica sobre el teatro es que en este, más que en otros campos, se tropieza contínuamente con el juego de la realidad y las apariencias.
Muchas de las ideas más difundidas y aparentemente más obvias sobre el teatro y sobre la historia son, en efecto, el resultado de una inversión óptica.
Una de estas ideas podría ser resumida así: "El mejor teatro es aquel en el que se realiza una íntima unión entre actor y espectador, en el que uno y otro llegan a sentir de la misma forma, o en el que uno consigue transmitir al otro, hasta el el fondo, lo que piensa y lo que experimenta". Un corolario: "Para hacer buen teatro, hay que tener cosas interesantes que decir y saberlas hacer entender a los espectadores". o bien, "Hay que saber sentir profundamente y ser capaces de transmitir la conmoción al espectador".
Estas ideas no son transformadas y corregidas por la otra idea según la cual la fuerza del teatro consiste en la ficción y en la conciencia de la ficción: la ficción aceptada y conciente parece ser el medio para realizar esa unión entre actor y espectador, esa perfecta comunicación emotiva, racional, artística, que según el sentido común es la base de todo gran teatro.
Creo que el buen sentido demuestra exactamente lo contrario: es la divergencia, la no conciencia o incluso la mutua inconciencia entre visión del actor y visión del espectador lo que hace del arte teatral un arte, y no una imitación o una réplica de lo ya conocido. Sería posible demostrar que precisamente aquellos momentos exaltantes que han dado pié a fabulaciones sobre instantes de comunión entre actor y espectador son, en cambio, momentos en los que, a pesar de un profundo vínculo, hay una enorme distancia entre la visión de uno y las visiones de los otros. En el gran teatro o - sencillamente - en el teatro que funciona, actores y espectadores convergen en torno a un único espectáculo que será tanto más rico, para unos y para otros, cuanto más consiga unirles sin obligarlos a consentir.
En fin, no es por amor a la paradoja, sino sencillamente por buen sentido que habría que reconocer, que entender un espectáculo no quiere decir únicamente ver lo que sus autores (actores, directores, dramaturgo, etc.) han puesto en él. Y que entenderlo profundamente no es descubrir lo que ha sido profundamente escondido allí. Es hacer descubrimientos a través de un recorrido cuidadosamente estudiado.
Esto equivale a decir que hacer entender un espectáculo no es proyectar descubrimientos, sino trazar, proyectar los diques a través de los que va a navegar el espectador, su atención, y por tanto hacer crecer sobre todos esos diques una vida pormenorizada, multiforme, imprevista, en la que el espectador podrá sumergir profundamente la mirada y hacer sus descubrimientos.
Ricardo el teatro es un juego que el hombre creo para el hombre decía Misael Torres en la Trilogía del Diablo, tiene mucho que ver con lo que planteas y que en lo personal comparto, me identifico bastante con el hecho de secubrir y transformar desde uno para el otro y que el otro se identifique y reconozca
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